Hacer un anteojo como el Mazinger es completamente distinto a un anteojo de producción convencional. Lleva tiempo poder encontrar aquellos aspectos de diseño morfólogicos que dejen en claro que es referencial a la mítica serie y, que a su vez, sea un anteojo que uno quiera usarlo.
Después de ese primer paso, hay que ver cómo llevarlo a la ejecución. En esta instancia, se hace una fusión de distintos materiales para poder lograr el resultado final.
Una vez que está resuelto el diseño y la combinación no solo de colores, sino de materiales, se hace una plantilla en donde aparece dicha fusión. En el caso del Mazinger, tiene la parte roja, que representa su pecho, dos aletas amarillas, que tiene en sus orejas, además de las branquias, que tiene en el frente.
Posterior a tener todas esas referencias, se procesa para que coincida todo lo que buscamos. Una vez terminado ese proceso, se posiciona todo en la máquina para combinar frezados con tratamientos láser para que quede el formato.
Ya en el siguiente paso, sí se puede manejar como si fuera un anteojo convencional, dándole las distintas alturas y espesores, para luego curvarlos, tamborearlos, pulirlos y armarlos. A eso se le suma que, generalmente, este tipo de armazones tiene mucho trabajo sobre la gráfica también, por lo que antes de ese armado se necesita un tratamiento para llevarlas al módelo.
Para el Mazinger en particular, combinamos el hot stamping, láser y tampografía para lograr que el anteojo tenga referencias por donde uno lo mire.
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